Muchos padres se preguntan en silencio: «¿Será que ya no le gusta?». Ver a un hijo que antes corría feliz al entrenamiento y ahora pone excusas, muestra apatía o responde con fastidio, puede ser desconcertante. La pasión por el deporte puede apagarse. Y no siempre es por flojera. A veces, es una señal que urge atender. La primera gran pista…
