Hay días en los que uno se levanta con ganas de comerse el mundo. Se pone las medias bien altas, respira hondo, y dice: “Hoy sí. Hoy me sale todo bien.”Y hay otros… en los que uno se levanta con ganas de comerse una empanada y volverse a acostar. Y ahí está el problema. Porque si dependemos de la motivación…
